Historia Monetaria y cambiaria de Nicaragua

Nicaragua es una de las naciones centroamericanas que formaron parte de la Capitanía General de Guatemala, limita al norte por Honduras y al sur por Costa Rica. Tierra de belleza y contrastes, cuenta también con una turbulenta historia que incide enormemente en su economía y, muy en específico, en su política cambiaria. 

En este artículo, daremos un repaso a la evolución monetaria y cambiaria del país, desde los sistemas de trueque precolombinos hasta las políticas monetarias contemporáneas. Todo desde un punto de vista neutral, con el fin de comprender los factores que la han llevado a tomar las decisiones cambiarias de la actualidad.

El presente estudio abarca diferentes períodos históricos, como la introducción de la moneda metálica en la colonia, la creación del córdoba, las guerras revolucionarias de finales del siglo XX y las políticas de minidevaluaciones actuales.

Período precolombino

Dios Cacahuat

La historia precolombina de Nicaragua es vasta y antigua. Según Arellano, J. (1998) ya existía alguna evidencia de asentamientos humanos cerca de lo que es la actual Managua. Esto hace más de 8000 años aproximadamente, originadas por las corrientes de nómadas que venían desde Asia, cruzando el estrecho de Bering.

Las culturas mesoamericanas fueron desarrollándose en el territorio nicaragüense con el paso de los siglos destacándose las siguientes como las más relevantes: Chorotegas, Nicaraos, Subtiavas, Sumus, Miskitus y Matagalpas. Entre estas culturas existían algunas relaciones comerciales y regularmente tenían conflictos militares con el fin expandir sus territorios o capturar esclavos.

En la Nicaragua precolombina, el trueque era la forma predominante de intercambio comercial. Sin embargo, el cacao emergió como una valiosa moneda, transformando las dinámicas económicas. Este grano, originario del Amazonas, trascendió su valor como alimento y bebida, convirtiéndose en un símbolo de estatus y poder.

Su uso como moneda evidencia la sofisticación de las redes de intercambio de la época, donde el cacao facilitaba el comercio de bienes y servicios, e incluso utilizado para transacciones de alto valor. La adopción del cacao como moneda refleja la importancia cultural y económica, destacando su papel central en la vida de las sociedades precolombinas. 

Entre los Nicaraos, la figura del dios Cacahuat ocupaba un lugar de veneración, reflejando la profunda importancia del cacao en su cosmovisión. Deidades similares, asociadas al cacao y la fertilidad, se encuentran en otras culturas mesoamericanas. En la imagen se puede ver una representación maya del cacao (Cacahuat).

¿Qué pasa una vez llegados los españoles? La llegada de los españoles transformó radicalmente la vida de las culturas precolombinas en la actual Nicaragua. El sistema de trueque, arraigado durante siglos, cedió paso a una economía monetaria centrada en el oro y la plata. Este cambio no fue simplemente una sustitución de bienes, sino una alteración profunda de la cosmovisión y las relaciones sociales.

La introducción de la moneda acuñada, el resello y los billetes marcó el inicio de una nueva era económica. Además, la dependencia de empréstitos con potencias extranjeras y, más adelante, la creciente influencia de los Estados Unidos, moldearon la política y la economía nicaragüense para siempre.

Período colonial e independencia

Monedas españolas

La llegada de los españoles a Nicaragua en el siglo XVI marcó un punto de inflexión brutal, impulsada por la sed de oro y metales preciosos. Este afán desencadenó actos de violencia y explotación contra la población nativa. En la primera mitad del siglo XVI, los conquistadores se dedicaron a saquear piezas de oro y a explotar minas, fundiendo el metal en lingotes para enviarlos a España.

Para regular este flujo de riqueza, en 1524 se fundó la Casa de Fundición de León, donde los lingotes eran marcados con el sello real, garantizando así su calidad y control. Una vez consolidado el dominio español, se introdujo el sistema monetario castellano, aunque el cacao, arraigado como moneda local, persistió. Para facilitar la transición, la administración colonial estableció una tabla de conversión entre el oro y las semillas de cacao.

El sistema de intercambio impuesto fue profundamente asimétrico: Nicaragua exportaba metales preciosos y materias primas, mientras que importaba bienes manufacturados, principalmente de España, debido al monopolio comercial del imperio. Las monedas españolas se convirtieron en el medio de pago predominante para salarios, transacciones aduaneras, impuestos y compras de manufacturas. Sin embargo, el cacao mantuvo su vigencia en las transacciones cotidianas de la población nativa.

Reconociendo esta realidad, el imperio español promulgó la convertibilidad oficial entre el cacao y las monedas imperiales, como se evidencia en la figura contigua cortesía de Arellano (2000). Esta dualidad o dicotomía monetaria, con el cacao coexistiendo con las monedas españolas, perduró hasta el siglo XIX, reflejando la complejidad de la economía colonial y la resistencia de las tradiciones locales.

Dicotomía del oro y plata, el bimetalismo

Como sabemos, el dinero se utiliza como un equivalente general para intercambio de mercancías. De esta manera, es importante tener presente que el dinero tuvo y tendrá muchas formas, desde plumas y cacao, como lo acabamos de comprobar, los billetes de uso común e incluso las actuales criptomonedas, como el bitcoin. Sin embargo, los metales preciosos como el oro, la plata y el cobre destacaron en su momento, esto por su facilidad de transporte, propiedades físicas y químicas y divisibilidad, convirtiéndolas en formas de dinero ampliamente aceptadas.

¿Cómo fueron usados estos metales? Simple, los gobiernos acuñaban monedas con ellas para financiar gastos públicos, campañas militares e infraestructura, así como para recaudar impuestos y regular la oferta monetaria. La dinámica de este sistema era influenciada por factores como nuevos descubrimientos de minas y rutas comerciales, que podrían inundar el mercado de metales preciosos, provocando fluctuaciones en el valor de las monedas.

Es vital destacar que, los gobernantes también manipulaban el valor de las monedas mediante decretos, alterando la cantidad de metal en cada moneda o reduciendo la cantidad de metal en circulación para pagar deudas, lo que resultaba en devaluaciones. Además, la aleación de oro con metales menos valiosos como el cobre permitía reducir la cantidad de oro sin modificar el peso de la moneda, devaluándola.

Con el tiempo, se consolidó el bimetalismo, un sistema monetario basado en el oro y la plata. Las monedas de oro, de mayor valor, se utilizaban para el ahorro, mientras que las de plata, de menor valor, se empleaban en transacciones cotidianas. Este fenómeno, conocido como la ley de Gresham, establecía que la moneda “mala” (la plata) desplazaría a la “buena” (el oro) en la circulación. El bimetalismo fue el sistema monetario predominante durante la época colonial y persistió, en parte, después de la independencia de Nicaragua.

Problemas a la hora de establecer una estructura monetaria

Aclarado el sistema bimetálico, centraremos nuestra atención en la estructura monetaria de Nicaragua, esto tanto en la etapa de pertenencia a la Capitanía General de Guatemala como en su etapa independiente en el siglo XIX. Aunque en 1528 se estableció una casa de fundición en León, desde donde se enviaban lingotes a España, la escasez de moneda española obligó a la población local, como ya establecimos antes, a seguir utilizando el cacao como medio de intercambio. 

Sucesivas crisis financieras por parte del imperio español y el crecimiento comercial de las potencias europeas -Francia, Inglaterra y Holanda-, produjeron fuertes reorganizaciones en la acuñación de la moneda. Se concedió a las colonias el permiso real para acuñar sus propias monedas, y en  Nueva Guatemala se fundó la Casa de Moneda en 1774.

La proclamación de la independencia en 1821 y el subsiguiente período de inestabilidad causaron graves problemas económicos y monetarios en Nicaragua. No obstante, la Federación Centroamericana acuñó y puso en circulación su primera moneda en Guatemala en 1826.

Sin embargo, tras la disolución de la Federación, cada país asumió la responsabilidad de construir su propia república. Debido a las profundas divisiones políticas en Nicaragua, este proceso fue complejo. Circulaban en el país monedas de México, Perú y España. El gobierno central de Nicaragua tenía constantemente que decretar los tipos de cambio entre las monedas que circulaban en el país.

En 1859, el municipio de León, haciendo valer su tradición, acuñó en cobre la primera moneda producida en territorio nicaragüense, el centavo del Mercado de León.

Nicaragua en el siglo XIX

La primera mitad del siglo XIX fue un período de gran inestabilidad para Nicaragua. La falta de un poder centralizado, capaz de tomar decisiones políticas y económicas firmes, sumió al país en el caos. Esta situación propició la guerra expansionista de Estados Unidos, uno de los episodios más críticos en la historia de las repúblicas centroamericanas. La Guerra centroamericana de 1856-1857,  impulsó a la élite nicaragüense a buscar acuerdos, lo que permitió implementar cambios significativos en la estructura monetaria del país.


Hacia 1870, se establecieron equivalencias entre el peso nicaragüense y las monedas extranjeras en circulación, basadas en el contenido de metal de cada una. Por ejemplo, una moneda francesa de 5 francos de 1870 contenía aproximamente 30 gramos de plata, mientras que un sol peruano de la misma época contenía alrededor de 25 gramos aproximamente. Así, se sentaron las bases de la política cambiaria en Nicaragua. Durante estos años, también se introdujeron las primeras monedas de centavos, con denominaciones de 5, 10 y 20, para facilitar las conversiones entre pesos.

Más equivalencias se pueden ver en la figura contigua.

El siglo XIX también marcó la llegada de los primeros billetes a Nicaragua. Estos billetes representaban valores monetarios respaldados por reservas bancarias y buscaban simplificar las transacciones económicas. En un sistema previo a la banca centralizada, los bancos privados o públicos (a través de ministerios de Hacienda o tesorerías) emitían sus propios billetes, basados en sus reservas.

Sin embargo, este sistema era intrínsecamente inestable, ya que las reservas bancarias solían ser inferiores al valor total de los billetes en circulación. Los bancos operaban bajo la premisa de que no todos los depositantes retirarían sus fondos simultáneamente, gracias al efecto multiplicador del dinero.

Consolidación del Córdoba

La segunda mitad del siglo trae a Nicaragua muchos cambios. Desafortunadamente, el siglo XIX no termina muy bien para el país, esto debido a una guerra con naciones vecinas en medio de una lucha política entre dos ideologías: los liberales y los conservadores. Las consecuencias son evidentes: gastos elevados para el gobierno central y un incremento de la inestabilidad política para el siglo XX. Esto, aunado a los empréstitos adquiridos con diferentes instituciones financieras para el desarrollo y modernización del país, hicieron que Nicaragua sufriera crisis de liquidez.

Inestabilidad política de principios del siglo XX

El siglo XX se inaugura para la región centroamericana el conflicto entre las dos potencias que se repartían el mar Caribe, Inglaterra y los Estados Unidos. Para esa época los países centroamericanos seguían luchando entre los liberales y los conservadores.

Los liberales tenían la mayoría de los gobiernos de la región. Tenían en mente el proyecto de revivir a la “Federación Centroamericana”, esto con el fin de llevar a cabo el canal interoceánico por medio de patrocinio británico.

Los conservadores sufrieron duros reveses electorales y quedaron muy desprestigiados luego de la guerra de Namasigüe, quedando solamente en el poder en Guatemala. En un contexto de la doctrina Monroe, el gobierno guatemalteco solicitó el apoyo de Estados Unidos para contrarrestar esta influencia liberal, que lo vio como una oportunidad para ganar influencia por sobre los británicos.

Esta situación llevó a que el gobierno de Estados Unidos fomentara la oposición al presidente José Zelaya, desencadenando una guerra civil que devastó las finanzas de Nicaragua. El nuevo gobierno, en su intento por paliar la crisis, recurrió a empréstitos de Estados Unidos, cediendo a cambio un control casi total sobre la economía nicaragüense.

Tal fue el alcance de esta influencia que los ingresos aduaneros y la administración del Banco Nacional de Nicaragua, la entidad bancaria más importante del país, quedaron bajo supervisión estadounidense. Adicionalmente, en 1913, se estableció una tasa de cambio fija de 12.50 pesos por dólar americano.

El Córdoba

Tras la devaluación del peso y los billetes emitidos por Hacienda, el gobierno nicaragüense adoptó el córdoba, una nueva moneda con paridad al dólar estadounidense. El objetivo era simple: facilitar el comercio exterior con Estados Unidos.

El córdoba, inicialmente concebido en oro, circuló principalmente en denominaciones de plata debido a consideraciones de costo (en ese período, el dólar estadounidense estaba respaldado por oro). Se otorgó al Banco Nacional de Nicaragua el monopolio de emisión de monedas y billetes por un período de 99 años. Aunque la circulación estaba prevista para 1913, su implementación formal se retrasó hasta 1915, momento en el cual se inició la sustitución del peso.

En las imágenes adjuntas, se pueden observar un billete y una moneda de córdoba. Destacamos el nombre en inglés y la inscripción “En Dios Confiamos“, reflejo de la influencia del dólar estadounidense.

La paridad del córdoba con el dólar se mantuvo hasta 1932, cuando la crisis mundial de 1929 impactó la economía nicaragüense. Entonces, se estableció un tipo de cambio fijo de 1.10 córdobas por dólar. La tabla adjunta muestra los tipos de cambio del córdoba antes de esta depreciación. Es importante señalar que la política cambiaria de los países centroamericanos en esa época se caracterizaba por tipos de cambio fijos.

En la figura siguiente, se ilustran los tipos de cambio vigentes antes de 1929, cuando el córdoba mantenía paridad con el dólar. Se pueden observar equivalencias interesantes, como 1 dólar igual a 4 colones costarricenses, 2 colones salvadoreños o 2 lempiras guatemaltecas. Estas tablas se encontraban en las aduanas de la época.

Es relevante destacar que, dado el menor desarrollo del comercio exterior en comparación con la actualidad, los tipos de cambio afectaban principalmente a un segmento reducido de la población nicaragüense relacionado con el comercio exterior.

Dictadura Somoza

Tras la insurrección liderada por César Augusto Sandino, los estadounidenses pierden el control de Nicaragua y se retiran en enero de 1933. Al finalizar la guerra de liberación Nacional, los insurgentes negocian con el gobierno para la vuelta a la vida civil.

En 1936, Anastasio Somoza García encabeza un golpe de Estado contra el gobierno. ¿Qué pasó con el tipo de cambio en ese momento? Para 1937 se modificó a 2 córdobas por dólar estadounidense.

Llegado el año 1940, Nicaragua tenía una crisis económica que no podía resolver, esta se agravó con el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Como consecuencia, se propuso liberalizar el tipo de cambio con el fin de promover las exportaciones. De la misma forma, se decidió nacionalizar el Banco Nacional de Nicaragua, el cual tenía el monopolio de la emisión de la moneda. Debido a los cambios en la política monetaria el tipo de cambio se modificó a 5 córdobas por dólar estadounidense.

Banco Central de Nicaragua

El Banco Central de Nicaragua inició sus operaciones en 1961, durante la presidencia de Anastasio Somoza Debayle. Su origen se encuentra en el departamento de emisión del Banco Nacional de Nicaragua, que a partir de entonces asumió un rol exclusivamente comercial.

El Banco Central asumió las funciones de política monetaria y cambiaria, entre otras atribuciones propias de una institución de su tipo. Para este momento el tipo de cambio eran 7 córdobas por dólar estadounidense.

Guerra revolucionaria y crisis de los 80s

La dictadura dinástica de los Somoza permitió muchos cambios estructurales en Nicaragua. Estos cambios llevaron a que se conociera a Nicaragua como el “Granero de Centroamérica”, debido a su productividad agrícola y la calidad de su mano de obra.

Estos cambios no estuvieron exentos de discordia y desigualdad. A partir de 1979 el país se sumió en una guerra civil que se extendió por la década de los 80, involucrando al país en un choque de potencias entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, esto por cuestiones ideológicas.

Guerra civil

Además de las controversias sobre la gestión del gobierno de los Somoza, el país también experimentó un período de creciente inestabilidad a partir de 1963. Esto cuando el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) inició su lucha insurgente.

Este frente, conformado por diversas agrupaciones sociales y políticas, buscaba derrocar a la dinastía Somoza. La guerra se intensificó en la década de 1970 y culminó con la victoria del FSLN en 1979. A pesar de la situación, el Banco Central de Nicaragua mantuvo el tipo de cambio del córdoba fijo en 7 córdobas por dólar durante todo este período.

Toma del poder del FSLN

La victoria del FSLN trajo consigo cambios radicales en la gestión económica del país. Los picos inflacionarios, los estragos del terremoto de 1972 y los gastos derivados de la guerra provocaron una devaluación del córdoba, alcanzando los 10 córdobas por dólar al inicio de la década de 1980. 

El nuevo gobierno implementó políticas de nacionalización e intervención estatal. Sin embargo, la destrucción causada por la guerra, la pérdida de capacidad productiva, la retirada de la inversión estadounidense y la fuga de capitales sumieron al país en una prolongada crisis económica durante la década de 1980.

Según la CEPAL, los daños de la guerra se estimaron en 481 millones de dólares. A esto se sumó un contexto de posguerra adverso, con el principal aliado socioeconómico y potencia regional en contra del país, así como la inexperiencia del nuevo gobierno en el manejo de una situación tan compleja, generó una gran incertidumbre.

Para cubrir los gastos gubernamentales, la moneda fue sometida a devaluaciones graduales, lo que implicó emisiones monetarias por parte del Banco Central de Nicaragua. Sin embargo, más allá de los desafíos inherentes a un país que emergía de un conflicto bélico, se enfrentó una situación de gestión sumamente compleja, agravada por la inexperiencia de los responsables en la toma de decisiones.

En el contexto latinoamericano, la década de 1980 se caracterizó por su complejidad económica e inflación elevada, situación que se exacerbó debido a la crisis económica y alta inflación que afectó a los Estados Unidos. Por tales motivos, diversos autores se refieren a la década de 1980 como la “década perdida”, en reconocimiento a las profundas repercusiones que tuvo sobre las sociedades afectadas.

Emisiones monetarias y la nueva perspectiva económica

El contexto de la posguerra revolucionaria, el panorama se mostró complejo para Nicaragua, tal y como se indicó arriba. Con el fin de recuperar la capacidad productiva del país, el Estado tomó un rol más activo en la economía. Los servicios de vigilancia, reconstrucción de la infraestructura pública y gastos militares dominaron la década. La deuda externa de Nicaragua comenzaba a crecer, pero se mantenía bajo control.

De la misma forma, los contras y la política exterior de los Estados Unidos solo complicaron un panorama ya excesivamente volátil. Este escenario se tratará un poco más adelante.

Entre el período de 1979 a 1984 se mantuvo el tipo de cambio fijo de 10 córdobas por dólar. Pero, como veremos, la situación se complicaría en los años por venir.

Reagan, el bloqueo económico y los contras

A partir de 1984 el gobierno de los Estados Unidos, bajo el gobierno de Reagan y el contexto de las guerras centroamericanas, puso a Nicaragua en la lista de los enemigos más importantes para la hegemonía. A través de la financiación de los Contras puso al país en una nueva situación bélica. Esto hizo que, la ya de por sí diezmada economía nicaragüense, tuviera que enfocarse en el gasto de defensa para poder combatir esta amenaza.

El gasto del país se disparó, la economía se degradó y el aparato productivo del país tuvo un impacto muy notable. El aumento del gasto se debió principalmente a la situación de guerra, la dicotomía entre cañones y mantequilla se inclinaba hacia los primeros, ya que el Estado y lo logrado por la revolución estaban siendo atacados. Por lo tanto, los recursos del país se enfocaron en la adquisición de armas. El principal problema de este tipo de inversión es que, a corto plazo, consumió fondos y recursos, y a largo plazo, no generó riqueza productiva.

Como se mencionó, Nicaragua, el “granero de Centroamérica”, tenía su inversión principal centrada en el sector agrícola. Sin embargo, el conflicto con los Contras se intensificó en las zonas rurales, destruyendo esta ventaja competitiva. Este escenario llevó al país a una espiral de decrecimiento económico. Lo evidenciamos de manera gráfica en la siguiente figura, cortesía del IP Nicaragua.

Una realidad ante estas situaciones es que, cuando la capacidad productiva de un país se ve disminuida y los gastos se mantienen igual o aumentan, los países sufren una inflación debido a que el aparato estatal necesita financiar su gasto. Esto le sucedió al país centroamericano y la decisión no fue otra que incrementar la emisión monetaria, todo en la búsqueda de cubrir todos los gastos en los que se incurrían.

En el contexto nicaragüense, el incremento del gasto militar y la reducción de los ingresos por la producción agrícola provocaron una considerable devaluación del córdoba. En 1985, el tipo de cambio alcanzó los 28 córdobas por dólar, y entre 1986 y 1988, llegó a los 70 córdobas (según la tasa del BCN). El 15 de febrero de 1988, se introdujo una nueva emisión de la moneda, estableciendo un tipo de cambio de 10 córdobas “nuevos” por dólar, mediante la “Operación Bertha”, la que es vital explicar más a fondo.

Operación Bertha

La Operación Bertha consistió en un canje y conversión monetaria de los billetes en circulación de esa fecha hacia una nueva moneda denominada “Córdoba Nuevo”. Como se ha indicado, el país estaba inmerso en una guerra civil y, para 1988, el gobierno sandinista mantenía el control del Estado. A pesar de la victoria, esta dejó al país en ruinas, con una institucionalidad debilitada y una sociedad exhausta por el conflicto.

Para combatir la inflación desenfrenada, el gobierno decidió emitir una nueva moneda, una medida común para restablecer la economía tras un período turbulento. Sin embargo, este cambio se planificó en secreto y se ejecutó en un lapso breve y rápido, sin informar ni preparar adecuadamente a la ciudadanía. De manera abrupta, se anunció a los nicaragüenses que el “Córdoba Viejo” perdería su validez como medio de cambio. Estos córdobas serían canjeados a una tasa de 1000 “Córdobas Viejos” por 1 “Córdoba Nuevo”. 

Esta medida se anunció el 14 de febrero de 1988, estableciendo un plazo límite para el canje y un monto máximo, lo que generó largas filas y descontento en el sistema financiero, ya que muchos no pudieron canjear su dinero dentro del período establecido. En consecuencia, numerosos ahorristas perdieron su riqueza de manera repentina. Muchos opositores al gobierno sandinista califican esta acción como una confiscación de la riqueza de los nicaragüenses.

Programas de Ajuste y el sistema actual

¿Pudo la emisión de la nueva moneda evitar los problemas que tenía la economía? En lo absoluto. Aunque la guerra contra los Contras culminó en 1990, esta dejó una profunda destrucción de las fuerzas productivas, sumado a endeudamiento e hiperinflación.

El bloqueo económico impuesto por Estados Unidos también tuvo un impacto significativo, ya que la potencia hegemónica del bloque occidental y principal socio comercial de la región interrumpió sus relaciones comerciales con Nicaragua. En consecuencia, el país se vio obligado a buscar alternativas en el bloque socialista liderado por la URSS para compensar las pérdidas económicas. Es importante señalar que, hacia finales de la década de 1980, este bloque enfrentaba una grave crisis económica que culminaría con la desintegración de la URSS en 1991.

La década de 1990 trajo consigo un período de estabilidad, paz y crecimiento económico para Nicaragua. Sin embargo, a partir de 2019, la situación política nicaragüense experimentó nuevos cambios, generando incertidumbre y una nueva crisis económica.ticas nicaragüenses se moverían de nuevo provocando incertidumbre y crisis económica.

Los 90s y la hiperinflación

Tras la implementación de la Operación Bertha, el “Córdoba Nuevo” buscaba estabilizar la economía. Al inicio de su emisión, el dólar estadounidense se intercambiaba por 10 córdobas. Sin embargo, para finales de 1988, el tipo de cambio había alcanzado los 920 córdobas por dólar. Las razones detrás de esta inflación son diversas, pero esta cita de Pasqualina Curcio, señala muy bien una de ellas:

La hiperinflación en Nicaragua no puede ser atribuida a la expansión de dinero, por lo tanto no puede ser explicada por el lado de la demanda, se trató de una inflación de costos asociada al aumento de los precios de los bienes importados debido a una “depreciación” del córdoba que generó una contracción de la oferta agregada de la economía y un aumento de los precios internos (…).

En Nicaragua, en 1988, cedieron a las presiones y al discurso hegemónico monetarista, adoptaron políticas neoliberales, contrajeron la cantidad de dinero, lo que implicó eliminar los programas sociales de protección a la población. No obtuvieron los resultados esperados, no disminuyeron los precios, por el contrario éstos aumentaron en mayor medida, debido, principalmente, a que la causa de dichos incrementos seguía vigente, nos referimos a la supuesta depreciación del córdoba. (…)

Quienes sin duda lograron los resultados esperados fueron aquellos que estaban detrás de la desestabilización social, económica y por lo tanto política para socavar el apoyo popular a la revolución sandinista. Se trata de los mismos que manipulaban el valor del córdoba para generar inflación, deteriorar el poder adquisitivo, derivar en pobreza y derrocar el gobierno. Nos referimos a los grandes capitales industriales y financieros, al imperialismo que empleó una de sus principales armas de guerra no convencional, el ataque a la moneda y la manipulación de su valor.

Hacia finales de 1990, el córdoba alcanzó su punto máximo de depreciación, cotizando a 3.000.000 por dólar. Según datos del Banco Central de Nicaragua, el 2 de marzo de 1991, el tipo de cambio se fijó en 5.200.000 córdobas por dólar.

Reestructuración económica de Nicaragua

EEn 1990 se celebraron elecciones en Nicaragua, en el marco del Acuerdo de Esquipulas II que buscaba la paz en Centroamérica. Nicaragua estaba en una situación económica muy complicada con una inflación rampante y con el peso de la guerra de los Contra que había impactado negativamente la sociedad y la economía del país. Sin embargo, debido al recorte de presupuesto por parte del Congreso de los Estados Unidos a razón del escándalo Irán-Contra a finales de los 80, los insurgentes que peleaban contra el gobierno sandinista se quedaron sin patrocinadores para continuar el combate.

La sociedad nicaragüense se propuso realizar comicios el 26 de febrero de 1990 resultando victorioso el Partido UNO, de oposición. Esto marcó así el inicio de la vida democrática nicaragüense y con ella tanto el apoyo del sistema financiero internacional como la apertura hacia el comercio exterior.

Sistema de minidevaluaciones

Tras las elecciones, el gobierno de Violeta Chamorro implementó una nueva moneda, el “Córdoba Oro”. Esta moneda buscó tener paridad fija con el dólar estadounidense, es decir, 1 córdoba oro equivalía a 1 dólar estadounidense, según lo decretado por ley.

Durante aproximadamente seis meses, el “Córdoba Nuevo” coexistió con el “Córdoba Oro”. El córdoba nuevo continuó devaluándose, oscilando entre 3.000.000 y 5.200.000 por dólar estadounidense entre 1990 y 1991. Gradualmente, el córdoba oro fue ganando confianza en la sociedad nicaragüense.

El 3 de marzo de 1991, se lanzó la segunda etapa del plan de estabilización, donde el córdoba oro se convirtió en la moneda de circulación oficial en el país, poniendo fin al proceso hiperinflacionario de Nicaragua. El Banco Central de Nicaragua decretó un tipo de cambio de 5 córdobas por dólar estadounidense. El 6 de enero de 1992, se decretó la oficialidad del córdoba de forma definitiva.

Finalmente, el 10 de enero de 1993, el Banco Central de Nicaragua implementó un sistema de deslizamiento o minidevaluaciones para el tipo de cambio. Este sistema establecía una devaluación lineal y gradual del córdoba con respecto al dólar estadounidense. Esto permitió reducir la incertidumbre económica, incentivando la inversión y el crecimiento, ya que el Banco Central aseguraba la previsibilidad del tipo de cambio. Al inicio de esta política, el tipo de cambio se cotizaba a 6 córdobas por dólar estadounidense.

Crisis política del 2018

Durante la década de 2010, el sistema de seguridad social de Nicaragua comenzó a experimentar dificultades, identificadas aproximadamente desde 2013. El problema principal, simplificando, era un déficit en el flujo de caja, es decir, los gastos superaban a los ingresos. Para mitigar esta situación, a lo largo de la década se implementaron diversos aumentos tanto en la cuota patronal como en la laboral.

Sin embargo, en el 2018 el gobierno propuso un nuevo aumento para la contribución de los trabajadores, pasando de un 6.25% a un 7% (la cuota patronal se incrementó del 19% al 22,5%). De igual forma, se implementó un aumento de los impuestos a las pensiones, pasando al 5% sobre la pensión recibida.

¿El resultado? La medida desencadenó una intensa convulsión social en Nicaragua, con manifestaciones que criticaron al gobierno central. La respuesta policial a las protestas resultó en enfrentamientos que lamentablemente dejaron muertos y heridos en ambos lados. La situación generó una amplia condena internacional, llevando incluso a la imposición de sanciones económicas por parte del gobierno de los Estados Unidos. Esto provocó una desaceleración significativa en la economía nicaragüense, cuyo impacto preciso aún es incierto debido a la falta de publicación de datos oficiales y a la dependencia de estimaciones externas.

Si funciona de contexto, en Costa Rica aumentos similares sucedieron en el sistema de seguridad social en el 2017 debido a la misma razón (más información) también se han declarado impuestos sobre ciertas pensiones en 2018. Esto llevó a mucho descontento social en Costa Rica como se puede ver en esta nota. Así de cierta forma se podría afirmar la existencia de una tendencia a que los sistemas de seguridad social en algunos países de Centroamérica podrían tener problemas financieros.

En las cuestiones que atañen a este espacio, las manifestaciones iniciaron el 18 de abril de 2018, en ese momento el tipo de cambio cotizaba a 31 córdobas por dólar. Al día de la publicación de este artículo está en aproximadamente en 36 córdobas por dólar. Por lo que las protestas y la desestabilización social no parece haber impactado el presente como sí lo hicieron en la década de los 80.

Conclusiones

La historia monetaria y cambiaria de Nicaragua ha sido bastante: polémica, convulsa y compleja. Esta complejidad justifica la selección de la imagen inicial del artículo, una imagen de un billete de Nicaragua emitido en 1962 donde un conquistador comparte el mismo espacio con un indígena; a veces ciertos pasajes de la historia de Nicaragua parecen un oxímoron.

A pesar de los desafíos que enfrenta el país tras la crisis de 2018, es crucial reconocer que la polarización política ha sido una constante en su historia. Desafortunadamente, el territorio nicaragüense, rico en recursos naturales, humanos y culturales, también posee una posición estratégica entre los dos océanos más importantes del planeta. Esta ubicación ha convertido al país en escenario de luchas geopolíticas entre potencias por el control global.

A pesar de los desafíos históricos, el pueblo nicaragüense ha demostrado una notable capacidad de adaptación y desarrollo. En el ámbito de la política cambiaria, es fundamental que Nicaragua fortalezca su posición internacional y profundice la cooperación con el mercado común centroamericano. Estas acciones permitirían construir una economía más resiliente ante las presiones externas, especialmente en lo que respecta a la estabilidad de su moneda y la gestión de su tipo de cambio.

Para saber más sobre el tipo de cambio se puede consultar esta página.

Fuentes y lectura adicional

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